Ante las cámaras, los científicos muestran una rata alimentada con maíz transgénico Monsanto y con agua en la que se introdujeron dosis autorizadas en EEUU del herbicida utilizado en los cultivos. El animal presenta una grave deformación: es un tumor.
Otras ratas utilizadas en el msimo estudio, desarrollado en Francia, han muerto en proporción muy superior a la normal. Los resultados han llevado a París ha pedir a la UE que aplique el principio de precaución en el caso de los transgénicos. Dicho en otras palabras, "por si acaso".
El equipo de la universidad de Caen llevó a cabo una experiencia durante dos años con una muestra de 200 ratas de laboratorio sobre la variedad genéticamente modificada del maíz. Según explica un responsable científico: "las pruebas reglamentarias se hacen solo durante tres meses, pero las enfermedades, la muerte de las ratas a consecuencia de tumores, comienzan a partir del cuarto mes. Lo que quiere decir que las pruebas reglamentarias de tres meses no son eficaces no son eficaces, si lo que se pretende medir son las consecuencias en la salud de la alimentación con productos genéticamente modificados a lo largo de una vida".
Los resultados del estudio fueron esgrimidos ayer por ecologistas franceses para pedir a la Comisión Europea la suspensión de las autorizaciones otorgadas a los cultivos de organismos genéticamente modificados, en concreto una variedad de maíz y de patata, en territorio europeo.
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